En un mundo paralelo [Tam] [+18]

Lo había cargado en brazos y nos habíamos largado de allá donde debíamos estar(?) es decir, del puerto. En principio iba a estar yo en mi casa de nuevo pero... Bueno, es que las cosas salieron de otra forma y de pronto me encontraba con que tenía novio y que lo amaba con locura. ¡Qué vida tan extraña la mía! O qué muerte, también... La cosa es sencilla... Lo amaba, lo amaba con toda mi alma. Abrí la puerta como la gente normal, aún cargándolo en brazos, entré en casa y cerré la puerta tras nosotros, lo llevé a la cocina y lo senté en una silla.-Los humanos coméis... Y tengo comida de cuando vienes a casa.-comenté tranquilamente, abrí un armario y le mostré el contenido esperando a que decidiese. Una vez dijo lo que quería, simplemente saqué lo que me pidió y se lo dejé delante de él puesto.-Verás, es que no quiero que te me desmayes ¿sabes? Inconsciente te ves demasiado violable.-añadí con una sonrisa pícara, lo cierto es que quería que tomase energías o sino lo que le haría probablemente... probablemente no, seguro que se desmayaba.

Me había llevado lejos del puerto y ahora estábamos en su casa. Sonreí y comencé a comer con mucha rapidez, al terminar de comer me paré y me acerqué a él.
-¿Y ahora qué?- pregunté con una sonrisa pervertida de oreja a oreja.
Vale, no necesité respuesta porque lo tomé por el cuello y comencé a besar esos labios tan endemoniadamente apetecibles, así estuve unos instantes, luego baje las manos hacía su camisa y comencé a desabotonarla, luego me separé de él:
-¿Estás seguro?- pregunta idiota, Tam, inhale profundamente y luego exhalé, igual y se había arrepentido, vale, yo también lo haría tratándose de… mi.

Tam era sorprendente, había comido todo de una forma muy rápida y de pronto se había parado de pie y me había tomado de la camisa para besarme. Juro que jamás probé unos labios como esos. Me besaban sin más, lo adoraba, él me quiso desabrochar la camisa. Y luego me preguntó. por toda respuesta lo levanté con toda la facilidad y lo senté sobre la encimera de la cocina. Sonreí de oreja a oreja y lo besé yo esta vez, deshaciéndome de su molesta y estúpida ropa a mordiscos, que solamente estorbaba. Me mordí el labio cuando lo ví solamente en bóxers y me paré a pensar que probablemente Tam era Virgencito. Oh, no le follaría salvajemente sobre la encimera de la cocina de momento.

Con mi megavelocidad lo llevé a mi cuarto, un cuarto nada mediocre sino muy genial. Lo tumbé en la cama medio incorporado y me puse enfrente de él, de pie fuera de la cama.-Lo que tu deberías estar seguro de querer que un vampiro te haga lo que yo pienso hacer.-le dije yo esta vez. Sensualmente comencé a quitarme la camisa que él había tratado de quitar, era genial, casi parecía que sonaba un tipo de música de fondo mientras yo hacía mi baile sexy y me deshacía de TODA mi ropa.

Me había transportado hasta la cama, yo no tenía mi ropa interior y él... nada
¿Qué puedo decir? Eso era de verdad, de verdad excitante.
Aún así estaba bastante nervioso, es decir, Uno no todos los días así de pronto se hace novio de su mejor amigo, ni descubre que ese chico es un vampiro, Además estaba a punto de tener sexo con un V-A-M-P-I-R-O, Ni con una vampira, con un vampiro (?)
Ahora la pregunta. ¿Qué debemos hacer en este momento, Tam? Vamos, piensa en lo primero que venga a tu mente, y hazlo:
¿Salir huyendo, alegando que debo ir a alimentar a mis perros?
Bien... entonces lo segundo que venga a tu mente.
Me paré un instante solo para agarrarlo del cuello y atraerlo hacía mí, dejándonos caer en la cama, lo comencé a besar con delicadeza en el cuello, luego subiendo hasta su boca y ahí quedandome, inspeccionando(?) cada rincón de su boca, cómo pude me quite los boxers. Tal vez estaba siendo demasiado tierno, tal vez debería comportarme de otra forma, pero por alguna razón no quería. Luego deje de besarlo para decirle:
-Te amo, te amo, te amo. -Mientras dibujaba un corazón imaginario en su pecho.

Tam era dulce incluso cuando no intentaba serlo, era tan adorable y tan genial que lo amaría por siempre, por toda la jodida eternidad. Me besaba y me decía que me amaba, yo lo amaba igual y se lo decía todo en la misma mirada, era tan inquietante lo que ocultaba tras sus ojos, sus preciosos ojos.

Estaba el sin ropa y pretendía que me quedara quieto. IMPOSIBLE. ¿Me oís? IM-PO-SI-BLE. No, no pensaba quedarme quieto. Inmediatamente una mano bajó a su cosa(?) estaba el pequeño tammie bien tiesito y daban ganas de cogerlo. Si, no lo resistí y lo cogí. No me miren mal. Es solo que Tam está MUY bueno, demasiado, extremedamente.

Le sonreí y le acaricié la mejilla al ver su cara todo sonrojada, era capaz yo de mantener una fuerza muy debil para no dañarlo, no quería hacer daño a Tammie. Y menos hoy, que era mi primera vez con él, iba a serlo y lo iba a disfrutar de lo lindo. Hacía MUCHO tiempo que no tenía sexo pero desde un principio y con Tam había sido distinto, él no era como las tipas con las que me acostaba, era mucho más distinto.

Le lamí la oreja con suavidad y luego le mordí un pezón como quien no quiere la cosa, trataba de ser lo más delicado que podía, para Tam cualquier cosa sería poca, así que intentaba hacerlo mejor que cualquiera otra vez que lo hubiera hecho.