Jugando con la comida [Corin]

La garganta me ardía lo suficiente como para acabar con la población entera de Italia, por lo que esta noche la iba a dedicar a comer. Salí de mis aposentos dejando allí la gran capa característica de los Vulturis. No me haría falta. En la salida del castillo, corrí hacía una vieja casa y la escalé, como si fuera una araña, hasta llegar a su tejado. En lo alto, la ciudad se veía muy hermosa. Empezé a correr por los tejados, saltando de un lado a otro, hasta percibir el aroma que tanto me gustaba. Dulce, apetitoso olor a sangre humana. De un saltó bajé a la calle, cayendo de pie y sin hacer ningún ruido, escondiéndome entre las sombras.El chico caminaba solo. Aparentaba más o menos mi edad por lo que podría jugar bastante bien con el. Fué fácil de ligarmelo y en menos de media hora, ambos estábamos en un banco sentado contándonos nuestras vidas, bueno, un par de mentiras. El juego era divertido. Empezamos a besarnos y fuí bajando a su cuello. El quemazón de mi garganta aumentó demasiado. Era un horno. Lentamente comencé a morderle hasta salir una gota de sangre. El tenía los ojos cerrados y solo soltaba un gemido que otro, pero muy bajito, hasta que cayó inerte. Bebí toda su sangre y me deshice del cuerpo. Aún tenía hambre, pero debería controlarme. De pronto alguien tocó mi hombro.

Dia de guardia exterior, traia la capa sobre mis hombros, sin la capucha, de neuvo hacia mucho viento y amaba como se sentian las rafagas por entre mis cabellos, asi que los traia sueltos. Estos dias habia sido batsante aburridos y tengo que admitir que algo melancolicos, no se porque. La verdad es que disfruto mi no-vida, en parte yo la habia elegido. Vivir por siempre y disfrutar de las maravillas del mundo...ok esa ultima parte no, el mundo esta cada vez mas estupido que creo que deberian agradecer que eliminamos bastardos que no tienen lo suficiente para vivir. Pero habia algo en estos dias...¿Cuando fue la ultima vez que vi un calendario?

De pronto me llego un olor conocido junto con otro igual de conocido, sangre fresca siendo derramada, corri y llegue sin que me notara, amaba mi don, una de las muchas cosas que amaba de esta vida. Espere en el borde del banco a que Sienna terminara con el y cuando lo hizo, saque de la bolsa de mis vaqueros un pañuelo y toque su hombro con el.
-Linda, limpia tu cara, bebiste con demasiada emoción - rei levemente, el contraste de su blanca piel con la sangre era poema puro.