Casting: Renesmeé Cullen

Corría. Corría alejándome cada vez más de mi realidad, que a veces me atormentaba y otras me hacía sonreír. Corría de las personas que me habían entregado su incondicional amor hacia una persona que era mi vida, mi mundo, mi todo. Había pasado de ser mi amigo, a mi mejor amigo y luego al hombre que me quitaba la respiración cada vez que se acercaba a mí.

"Piensa en él, solo en él"

Si me permitía pensar en otra persona daría media vuelta y volvería a casa. No podía pensar en mi madre. Sabía que ella se devastaría al saber mi escape y sacaría su parte violenta, para ir en busca de mi Jake, para asesinarlo, por haberse escapado conmigo. Pero antes de eso, trataría de llorar y se lamentaría con papá. Ah, mi papi. El se guardaría el dolor para el mismo, pero luego no dudaría un segundo en acompañar a mi mami para la venganza. No permitiría eso.

No podía creer lo ingenua que había sido cuando pequeña. Veía a mi Jake como mi hermano, saliendo de caza y riendo juntos. Luego como mi mejor amigo, guiándome por el buen camino y portándose casi como un padre. Ahora, era mi novio. Eso no le agrado a mi familia, en especial a mi padre, quien me mantenía alejada de mi Jake y mientras menos lo viera, mejor. La imprenta, que él me confesó hace un año, me alejó de él, pensando que estaba conmigo por obligación, pero al entenderlo me uní como nunca a él. Nada nos separaría.

Dejé mi mente en blanco, mientras que corría por los bosques, con una pequeña mochila colgada a mi espalda. Atravesé el límite permitido de un salto, cayendo de pie al otro lado. Debía ir de prisa donde Jake, pues mi tía Alice ya debió de haber visto lo que iba a ocurrir. Agudicé mi olfato, en busca del olor de mi Jake. No podía explicar como resultaba para mí, pues debería de ser vomitivo, pero yo lo sentía un tanto dulce, un tanto...agradable. Ese aroma era mi favorito en todo el mundo. Al encontrarlo, doblé a mi izquierda, dejando miles de árboles detrás de mi en cuestión de segundos.

Lo vi. Estaba en su faceta humana, pero al parecer tenía pensado cambiar. El sol iluminaba todo su cuerpo acaramelado y hacía reflejos en su cabello negro. Al poco tiempo sus ojos chocolate se fijaron en mí y se abrieron con sorpresa. Mi corazón latía a toda velocidad, producto de mi miedo y la adrenalina, la cual trataba de hacer desparecer mi temor.

-Nessie, ¿Que haces aquí?- me preguntó, sin poder salir de su perplejidad.

-Vamos, Jake- le respondí, evitando llorar. Estaba asustada. Nunca había hecho algo tan... demente en mi ida, como el escapar de casa.

-¿Que?- preguntó él, confundido.

-Vamos. Lejos de Forks, lejos de Washington, lejos de este país; para ir a un lugar en el cual estemos los dos solos, sin nadie que quiera separarnos- le respondí, acercándome a él. Vi como estaba a muy poco de caer en tal tentación, pero con rapidez tal brillo desapareció. Sabía los problemas que esto traería.

-Nessie, esto es descabellado- dijo, caminando unos pasos más lejos, pensando.

-¡¡¿¿No lo entiendes??!!- prácticamente le grité- Viviendo en Forks jamás podremos estar juntos, no con las prohibiciones extremas de mi padre.

Ese fue la gota rebalsó el vaso. Lágrimas salieron de mis ojos, descendiendo por mis mejillas, compitiendo por caía más rápido. Cuanto deseaba poder retroceder el tiempo y volver a ser la pequeña Nessie, quien vivía en su mundo de fantasías, donde estaba todo el tiempo con su Jake y en las noches soñaba con hadas y unicornios. Pero eso no ocurriría. Debía afrontar estos problemas.

Jake corrió hacia mí y me abrazo, apretándome contra él. Comencé a llorar, llorando por mi parte y al parecer por la suya también.

-Nessie, esta no es la mejor forma de estar juntos. No sabes cuanto quiero hacer esto, en serio, pero, por primera vez, la lógica me gana- susurró en mi oido. Lo último logró soltar una leve risilla de mi parte.

-No importa quién o que trate de separarnos, jamás me daré por vencido y siempre estaré contigo- su abrazo se fortaleció. Lo abracé por el cuello y luego levanté mi mirada, posándose en sus oscuros y hermosos ojos.

-¿Lo prometes?- le pregunté, queriéndolo escuchar.

-Lo prometo- luego sonrió y separó la distancia entre nosotros, besándome. Disfruté cada segundo de ese beso, queriendo que tal momento nunca terminara. Ese beso me alegró y me dijo mi verdadera realidad: Mi vida está junto a mi Jake, pero también lo está junto a mi amada familia.

Cuando el beso finalizó, pude ver el amor de Jake hacia mi, por su mirada. Lo mismo le expresé yo.

-Vamos, Nessie, es hora de ir a casa- dijo y me tomó de la mano, comenzando a caminar.

El miedo volvió a mí, dejándome inmóvil. Jake notó esto y me miró, con compasión.

-Todo va a salir bien- me animó.

-Tía Alice le debió de haber avisado a mi papá- dije, sin poder ocultar el miedo en mi cara.

-Yo te protegeré- dijo, sonriéndome- ¿Te llevo?

Ese ofrecimiento me hizo sonreír y asentí con la cabeza. Inmediatamente Jake saltó, transformándose en un bello lobo enorme, de pelaje castaño. Me acerqué a él y me subí a su lomo, abrazándolo. Empezó a correr y a los cinco minutos después llegamos a las afueras de mi casa.

En la puerta se encontraban abuela Esme y abuelo Carlisle, apoyados en el Volvo de papá estaban mis tíos Emmett y Jasper y mis tías. Y frente nosotros estaban papá y mamá. Era hora de recibir mi merecido. Bajé del lomo de Jake.