Al fin nos conocemos pequeño eclipse [Renesmee]

Aburrido y solitario por la tarde. Sin nada para hacer, mucho menos para comer. Que vida de perro llevaba a veces, recostado sobre el sofa de mi casa con la mirada fija en el techo pensando y pensando en que hacer para matar mi basto aburrimiento. Claro que no podia hacer lo que se me diera la gana, tenia limitaciones gracias a los Cullen, la familia de vampiros que ''dominaban'' Forks manteniendo un control entre los vampiros y humanos del lugar. Conocia alguno de sus miembros como Alice, hermana del famoso Edward, el vampiro enamoradiso como lo identificaba yo. Enamorarse de un humano insignificante, eso si que no tenia mucho sentido para mi, pero claro al no sentir amor hacia nadie como iba a entender, yo no era de los que emanaban amor hacia todos lados, siempre estaba limitado hacia mi y nadie mas.


Pense distraidamente. De un salto me puse de pie mirando el lejos grande que colgaba de la pared. Apenas serian las 6 p.m el horario ideal para entablar una charla con mi grata amiga. Sali de enmediato de mi casa corriendo por el bosque para poder llegar en menos de minutos a la casa de los Cullen. Pequeña pero realmente linda, me agradaba en el estado en que se encontraba, siempre ordenada y bien presentable todo lo contrario a la mia que era un desastre en los momentos menos indicados.

Camine velozmente hacia la puerta para tocar el tiembre. Algun miembro de la familia debia a ver ¿Verdad? Mejor si era Alice, seria una desilucion llegar para no poder verla.


Pensaba mientras aguardaba para ser atendido por alguien y esperar que Alice estuviera en la casa, era lo que me salva de un aburrimiento total, su compañia podia quitar ese sentimiento ademas podia hablar con ella de algunas cosas que me habian sucedido, algo que solo podia hablar con ella, mi persona confiable.

Estaba en mi habitación, leyendo un libro concentradamente. Estaba sola en casa, pues mi familia había salido de cacería. Yo ya había ido con mi tío Emmett, pero él había querido salir otra vez. No tenía pensado nada más para hacer que leer mi libro, de todas maneras era bastante interesante.

Llamaron a la puerta, sorprendiéndome. Era imposible de que fuera mi familia, pues ellos tenían pensado demorar unos dos o tres días. Bajé las escaleras con suma tranquilidad, para luego caminar hacia la puerta.

Al abrirla me encontré con un joven de cabellos castaños y ojos escarlata. Notoriamente era un vampiro carnívoro, lo cual provocó que me tensara levemente. Pude sentir como mi guardia subía, pero de manera indiscreta.

-¿Qué necesitas?- le pregunté, manteniendome siempre educada, como mis padres me habían enseñado.

No estaba acostumbrado a tener que esperar mucho tiempo mucho menos cuando de vampiros se trataba, de seguro mi aroma era eminente, Alice debia saber que estaba en su casa esperaba o suponia que se daria cuenta y saldria a atenderme personalmente pero en vez de eso vino otro ser uno de un aroma bastante raro. No conocia ese aroma ¿Quien podria ser? me preguntaba a mi mismo. Eleve mi vista hacia ese ser que me atendio, una niña. La quede mirando un momento notando como se ponia en guarda de una forma discreta, rode los ojos al instante y solte un pequeño suspiro - No te atacare, tranquila - Murmure por lo bajo.

¿Esa era la pequeña Renesmee? ¿La niña del que tanto se habla? Le di una rapida mirada. Su historia era bastante rara y no creia que eso fuera creacion entre un amor prohibido, aun no comprendia como habia llegado hasta ese punto - Tu tia... Alice ¿Se encuentra? - Pregunte finalmente. Mi mirada recorria el interior de la casa por el espacio que habia en la puerta, al parecer no se encontraba en casa.

El vampiro me dijo que no me atacaría, y a mi sorpresa le creí. Me relajé un poco y mis ojos se abrieron al saber la persona que buscaba. ¿Mi tía Alice? No sabía que tenía amigos nómadas, pensaba que ese era mi abuelo Carlisle; quien conocía a casi todo el mundo vampírico.

-No, salió de caza con el resto de mi familia- le respondí, aún apoyándome en la puerta- Pero si me dices tu nombre le diré que pasaste.

Pensé un momento el invitarlo a pasar, para poder conocer mejor al amigo de mi tía; y la idea terminó agradandome.

-¿Te gustaría pasar?-

Lo que estaba pensando, no estaba en su casa ¿Ahora que? No tenia otra opcion que volver a mis aposentos para terminar aburriendome solo, terminaria saliendo a cazar si seguia asi de aburrido y la verdad ya habia tomando la sangre necesaria para la semana. Mataba por divercion pero no eran humanos sino animales, me diran que soy una bestia por hacerlo pero asi era mi divercion, despues de todo terminaria siendo el alimento de algun carnivoro o vampiro vegetaria que estuviera cerca, tan desperdicio no era.

Algo que si me parecio raro y llamo mi atencion es que dejaron a la pequeña sola en su casa. ¿Acaso no temian que alguien pudiera querer atacarla? Claro que seria algo raro si pasa eso pero no deja de ser una realidad, las cosas en el mundo de los Cullen eran bastante tensa como para dejar al nuevo miembro a solas - Derian... - Dije simple, de todas formas Alice sabria que habia sido yo, no habia otro vampiro que tuviera amistad con ella hasta donde yo sabia.

Su invitacion me tomo por sorpresa y como no tenia nada mejor para hacer acepte - ¿Invitas a un extraño a tu casa estando sola? - Pregunte con una ceja alzada y una sonrisa de lado - Esta bien, te hare compañia hasta que vengan los demas ¿Te parece bien pequeña Renesmee?

Mi cara se tornó seria en cuanto pronunció mi nombre. Era posible que mi tía le hubiera hablado de mí, pero aún me sonaba raro de que supiera mi nombre.

-¿Cómo sabes mi nombre?- le pregunté, sin expresión en mi voz.

Derian, como se había presentado, ingresó a la casa, mientras que yo cerraba la puerta y me volteaba inmediatamente.

-¿Mi tía Alice me ha mencionado? Lo siento, es que no encuentro forma de que conozcas mi nombre- aún estaba confundida.

Sonrei de lado al ver ese gesto en su rostro, claro estaba de la sorpresa al escuchar su nombre salir de mis labios de una manera tan normal como si la conociera de toda la vida. Su pregunta no me sorpredia para nada, simplemente calle unos momentos antes de responderle. Recorri la casa con mi caminar lento y mi vista siempre fija en todos los detalles, adornos y algunas fotos de la familia que yacian en algun estante.

-¿Porque tanta sorpresa? - Pregunte con una sonrisa en mis labios. Gire para no darle la espalda y poder hablar cara a cara con la pequeña - Claro que me conto sobre ti, tienes una historia bastante... peculiar - Mencione para luego volver con la lenta caminata hasta sentarme en el enorme sillon que estaba en el centro de la sala.