Paseo Nocturno [Renata V.]

Deben de pensar que soy muy estúpida para estar justo donde me encontraba. Yo, una Cullen, sentada en la orilla de la pileta de la plaza San Marcus, la cual se encontraba increíblemente cerca del Castillo Vulturi, enemigos de mi familia. Pero de todas maneras, ahí me encontraba.

Le había rogado a mi mamá para que me dejara venir a Italia, que tanto había deseado conocer, pero la estadía de la gran realeza Vulturi siempre me lo había impedido. Por fin logré convencer a mi mamá de que estaría alejada de los problemas, como siempre, y que evitaría cada tipo de contacto con los Vulturi, pero no me sorprendería ver a algún vampiro vigilandome, enviado por ella.

Mi mirada estaba en el suelo, viendo el suelo rocoso. Muy poca gente caminaba a mi alrededor, ya que era de noche, quizás ya medianoche. A veces mis párpados se cerraban, repentinamente, pero los volvía a abrir; tenía solo un poco de sueño.

Las cosas por los pasillos del castillo estaban bastantes moviditas. ¿La razon? Al parecer la hibrida, Rennesme Cullen estaba en la plaza de San Marcus. Aro estaba completamente alterado, sin saber que hacer. Esto me estaba sobrepasando, me la habia pasado tomada de la mano de el, nos comunicabamos mentalmente todo el tiempo. Varios vampiros habian montado guardia a los pies del castillo, custodiando que ninguno de los otros alla aparecido. Pero al parecer, la pequeña Cullen habia venido sola.

Cuando deje a Aro en sus aposentos, con su esposa, me dio una ultima orden, que era la de esperar al anochecer y salir a custodiarla. ¿Acaso soy una niñera? No pude quejarme, Aro me habia mandado una mirada severa y solo tuve que agachar la cabeza y esperar a que el cielo se oscureciera para salir del castillo.
La niña parecia una novata, seguramente seria facil romperle el cuello... pero no, tenia ordenes de Aro, nada de violencia, era solo vigilarla de cerca. Malditas ordenes. ¿Por que no iba Felix? ¿O mejor aun, Jane? Ella seguramente se encargaria muy bien.

Me acerque a ella y la mire fijamente. -¿Vas a quedarte ahi sentada todo el dia?-Pregunte, hostilmente. La ultima vez que nos habiamos visto, ella era una niña pequeña, o al menos tenia el cuerpo de una y yo no sabia hasta donde me recordaria, aunque claro, yo seguia igual.

Un aroma fuerte se acercó a mi y con este, una vampira de cabello oscuro. Levanté mi vista, debido a su hostil forma de hablar, encontrándome con unos ojos escarlata fuego. Empecé a examinarla, notando que estaba vestida completamente de negro y luego noté lo que me paralizó. Tenía un collar en su cuello y tal collar tenía el signo Vulturi. Era de la Guardia.

Su cara me sonaba levemente familiar, quizás la debí haber visto en la última visita que los Vulturi le había hecho a mi familia; en la que habían habido múltiples clanes junto nosotros; siendo aquel un recuerdo que quería bloquear de mi mente.

-Noche, querrás decir- le corregí, sin alterarme, y poniéndome de pie- Pensaba estar unas horas más, caminando por ahí. ¿Es de que incumbencia?

Una sonrisita se dibujo en mi cara. Valla, pequeña Cullen pensaba que estaba segura... la pequeña Cullen se daba muchos mas lujos de los que se le habian otorgado. Bastante parecida a la ignorante de su madre. Hice una mueca de asco, al olor que llevaba sangre en sus venas. Daba asco, realmente, era demigrante para un ser como yo. Tenia parte humana, parte vampiro, totalmente inaceptable.

-Tu no querras que se te venga la noche encima.-Le dije, con una sonrisa en mis labios. Seamos sinceros, la pequeña Cullen, alado del castillo Vulturi... no estaba siendo del todo racional o al menos, realmente, no estaba pensando con claridad.
-Si pensabas ir a caminar por ahi, puedes ir haciendolo, niña.-Le espete. -Y claro que es de mi incumbencia, estas en territorio Vulturi.-Aclare, por si no se habia dado cuenta. Niña caprichosa y malcriada... me daban nauseas.